Quiénes Somos


foto Congregacional

La Madre Rosario Arrevillaga Nacida en México, a través de las monjas Concepcionistas que le regalan para el día de su santo una imagen de la Divina Infantita, empieza a propagar la devoción a la virgen en el misterio de su Infancia. Esta preocupación de propagar el culto fue tanto que la llevo a edificar un templo en su honor. Cuando ya el templo estaba en construcción, la Divina Infantita empezó a despertar en  M. Rosario una preocupación por la niñez abandonada, le hizo comprender que su amor por Ella no debía terminar en culto a su imagencita, sino en la preocupación por quienes son su verdadera imagen: las niñas y niños desvalidos y abandonados. desde entonces Dios la fue encauzando para descubrir el modo propio de consagrar su vida que será mostrar un amor efectivo hacia la niñez desvalida.

Mientras esto ocurría,  M. Rosario lo consultaba todo con su director espiritual, y aconsejada por unas amigas acudió también al P. Federico que ya se encontraba en el templo de San Felipe Neri.
M. Rosario tenía la inquietud de atender a la niñez desvalida que con frecuencia se encontraba por las calles por lo que decidió consultarlo con su director espiritual y con el P. Federico y estos fueron de la opinión de que era imprescindible el consentimiento del señor Arzobispo de México.

La primera vez que el P. Federico lanza la posibilidad de que existiese una congregación religiosa dedicada a la Divina Infantita, fue en el sermón que le encargo  M. Rosario con ocasión de la misa solemne del 8 de septiembre de 1900. el pensó que no existía inconveniente alguno para que se fundase una congregación religiosa para que se honrase la niñez de María.
Esta idea fue el primer impulso, tanto para la madre Rosario como para el propio P. Federico, que puso en movimiento la obra de la Esclavitud. Ambos vieron en ellos la voz de Dios que los llamada a dar vida a una familia religiosa. Cuando ambos fundadores se percataron de que el señor los había querido unidos para dar origen a una nueva familia religiosa en la Iglesia, portadora de un carisma Mariano con dos vertientes bien definidas como resultado de la función de la originalidad de cada uno de los fundadores, se sintieron plenificados y realizados.

trinidad

El resultado de esas dos mitades carismáticas complementarias fue el Carisma unitario
de las Esclavas de la Inmaculada Niña. Y así , animados los dos de los mismos deseos empezaron a reunir las primeras niñas pequeñitas que sería el comienzo de lo que es hoy la Congregación. Para el cuidado y atención de las niñas había que fundar una Congregación religiosa cimentada en el amor a la Divina Infantita, que garantizase definitivamente la permanencia del asilo. El carisma religioso de los fundadores no se identifica con la necesidad de atender a unos niños necesitados, sino que estos niños les sirven de despertador del don del espíritu que llevan dentro.

El Padre Federico en todo pidió la autorización de los Superiores de la Hermandad de los Operarios Diocesanos; y nada hizo sin consultarles. Y así fue como el día 23 de febrero de 1901 se ponía la primera piedra de la congregación de Esclavas de la Divina Infantita, se sembró el grano de mostaza de la nueva familia religiosa dentro de la Iglesia. Había 4 niñas asiladas y 2 jóvenes postulantes.



 

En el convento de la Inmaculada Concepción de San José de Gracia de la ciudad de México, hubo una religiosa llamada Magdalena de San José, quien nació en la misma ciudad de México el día 22 de julio de 1790.

El día 6 de enero de 1840, festividad de los Santos Reyes Magos, mientras la comunidad estaba en oración y adoraba al Niño Jesús, la Madre Magdalenita sintió por inspiración divina el deseo de que María Santísima fuera venerada en su Infancia, cuyo deseo aumentó por un sueño que tuvo dos veces. Soñó a la Santísima Niña, que llamándola por su nombre la exhortaba a que promoviera esta devoción diciendo:

Quiero que se me de culto en mi Infancia, concederé cuanto se me pida en esta advocación.

La M. Magdalenita llena de alegría, manifestó todo a la M. Abadesa, y le pidió que mandara esculpir una imagen de María Niña para darle culto. Necesitó esperar tiempo para que la M. Abadesa accediera a esta petición, pues necesitaba estar segura que esto fuera voluntad de Dios y además el precio de la escultura le parecía costoso.

Un buen día en que la M. Magdalenita se puso a ordenar la habitación en la que  se guardaban cosas sin uso, vio la imagen de un ángel, de unos 40 centímetros de largo y de inmediato descubrió en él, el rostro de la Virgen que se le había presentado en sus sueños y pensó, que transformándolo un poco, podría convertirse fácilmente en la Virgen Niña.
Entusiasmada con su hallazgo, le propuso su idea a la Madre Abadesa, quien después de muchos ruegos, accedió a llamar un escultor. El escultor remodeló el ángel hasta convertirlo en la Virgen Niña.

La M. Magdalenita, llena de amor a la Madre de Jesús, y con inmensa alegría comenzó a dar a conocer la devoción a la Inmaculada Niña, con el nombre de “Divina Infantita”.

Arrullo a la Inmaculada Niña

Rosario Arrevillaga Escalada.

fundadoraUn año después de la muerte de la Madre Magdalena de San José, el  día 12 de Noviembre de 1860, nació una niña que sería la que se encargaría de dar a conocer nuevamente la devoción de la Divina Infantita, y no sólo en México, sino por el mundo.

Vivía en México una familia sencilla y piadosa formada por don Marcos Arrevillaga y por doña Guadalupe Escalada. Habían tenido dos hijitos y una niña a la que llamaron Nicolasita. Pero la niña murió dejando a los padres desconsolados. El deseo de los padres de alcanzar del Señor otra hijita los llevó a proponerse el levantarse todas las madrugadas para rezar el Santo Rosario, y así alcanzar del Cielo otra hija.

Se levantaban todos los días a las 4 de la mañana y le rogaban a la Santísima Virgen que intercediera por ellos ante su hijo Jesús y les concediera la gracia de tan deseada hijita. Así fue como don Marcos y doña Guadalupe recibieron a su niña como una verdadera bendición del cielo y al bautizarla le dieron el nombre de María del Rosario, porque realmente había sido hija del Rosario. Y la niña correspondió tan bien a esta devoción de los padres, que dicen que con sólo tres y cinco años de edad ya rezaba perfectamente el Rosario con la letanía y todo.

Cuando María del Rosario era pequeña murió su padre, su madre trabajaba en casa haciendo cuanto podía para sacar a sus hijos adelante. Desde pequeña M. Rosario tenía un don de gentes extraordinario, atrayéndose el cariño y la amistad de todos. Era expresiva, amable y educada, y muy cariñosa con todos los que se encontraba. Todas las personas que la conocían la querían.

Federico Salvador y Ramón.

PadreFedericoEl Siervo de Dios Federico Salvador Ramón nació en Almería (España), el 9 de marzo de 1867, y murió en San Diego (California), el 13 de marzo de 1931, después de vivir entre España y México.
Primogénito de don Federico Salvador Alex y doña Francisca Ramón Visiedo. Su padre era impresor, hombre justo, de gran corazón y extraordinaria caridad; doña Francisca, dedicada a las labores d
el hogar, velaba con ternura y fortaleza la educación de sus dos hijos. La impronta que sus padres dejaron en Federico, fue notoria y palpable a lo largo de toda su vida.

Sus estudios eclesiásticos fueron, prácticamente todos, con sobresaliente o meritissimus y varios premios de honor. Su vida en el seminario estaba centrada en dos grandes amores: La Eucaristía y la Virgen, y caracterizada por las prácticas ascéticas tradicionales. Su devoción a María la aprendió de su madre, cuando ésta lo llevaba de la mano a postrarse ante el altar de Ntra. Sra. del Mar, patrona de Almería, en el templo de los dominicos. Su aguda inteligencia destacaba entre sus compañeros, que lo tenían en gran estima y entre los que se acrecentaba su fama de santidad.

Fue ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1890, en la iglesia de Santo Domingo. Tenía 23 años y 9 meses. Fue nombrado capellán de “Las Puras” de Almería. Vivió austeramente en el cuarto destinado al portero y del convento le pasaban la comida que él compartía, con frecuencia, con los pobres, comiendo, incluso, con la misma cuchara. Siendo sacerdote continuó la labor que hacía ya hacía de seminarista: iba a los barrios para dar catequesis a los niños. El 4 de septiembre de 1894 obtuvo la licenciatura en sagrada Teología en la Universidad Pontificia y Real Seminario de San Cecilio de Granada.

Discurso del Padre Federico sobre educación.

Nuestra provincia Inmaculada Niña, fue eregida el día 3 de abril de 2013, mediante decreto firmado por nuestra Superiora General, Madre Flora María Magdaleno González.
El Decreto de Ereción fue promulgado en ceremonia oficial el día 1 de Junio de 2013. Al día de la fecha, la Madre Superiora Provincial es R.M. Dolores Fernández Sierra, cuyo nombramiento se protocolizó el día 21 de Abril de 2013.

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Decreto de erección (p1, p2).

Nombramiento de la Madre Superiora Provincial.

Provincia IN

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